Actualmente, gracias al ritmo de vida que tienen tanto mujeres como hombres, resulta compleja la convivencia y la atención que se brinda a los hijos en sus primeros años de vida.
Sin embargo, es importante considerar que justo en esta etapa es la que se determinarán muchísimos rasgos de la madurez y vida adulta. Por ello, es de vital importancia la presencia de sus padres, tutores o familiares más cercanos para un correcto desarrollo infantil que resulte en una persona adulta sana tanto física como emocionalmente.
Cada día más madres tienen que salir al campo laboral y en ocasiones ser jefas de familia (el 25.5%); madres y padres buscan mayor tiempo para convivir con sus hijos y poder brindarle la atención tan necesaria en los primeros años de vida, sin embargo, conciliar familia y trabajo no es tarea fácil, nos encontramos ante un gran reto y la solución sólo la puede encontrar cada familia.
Desde que nacen, los niños son determinados por un contexto biológico, social y de lenguaje. Cada uno de estos factores se modificará de acuerdo a su relación con el medio ambiente y con las personas que lo rodean. Los niños deben aprender a vivir por ellos mismos y encontrar las herramientas necesarias para expresar sus deseos, necesidades y sentimientos.
Todo esto, determinará la personalidad de los niños y se mostrarán los rasgos que lo acompañarán durante el resto de su vida. El niño deberá: saber ser, hacer y estar, en la relación con otras personas, de esta forma podrá lograr un entorno social sano. Recordemos que para contar con una sociedad armónica, debemos empezar por la familia.
Sin embargo, es necesario también poner mucha atención con la libertad que se les da a los niños. Hablando del desarrollo infantil, es casi indispensable citar a la especialista y experta panelista, Ángela Marulanda, cofundadora del Instituto de la Familia en Bogotá, Colombia, institución para la educación familiar. Ella señala que estamos en una época donde al parecer los padres tienen miedo a los hijos, debemos recordar la importancia de poner límites ya que los valores se aprenden de los papás y los valores alimentan las virtudes en los niños.
Por otro lado, existe un factor que impide el desarrollo infantil de manera adecuada: la pobreza. En nuestro país, siendo el índice muy alto, aunque los niños se encuentren acompañados y rodeados del cariño de sus padres y hermanos, no pueden lograr un desarrollo evolutivo normal ya que no cuentan con los recursos necesarios para una sana alimentación y mucho menos para una educación adecuada.
En ocasiones, los padres se ausentan por la necesidad de trabajar y quizá no prestan la atención necesaria para un crecimiento normal de sus hijos. Según la OCDE, México destina menos de 1.0 por ciento del producto interno bruto (PIB) en el gasto para apoyar a familias con niños.
En entrevista con Carolina Rodríguez y Norma Reyes de Fundación Clara Moreno y Miramón, ambas comentaron que “la ausencia de los padres, obliga a las niñas a desempeñar roles que no les corresponden como es cuidar a sus hermanos menores. Esto interfiere con un desarrollo normal adecuado a su edad. La misión de la Fundación Clara Moreno y Miramón es dar asistencia a niñas entre 5 y 18 años que se encuentran en desventaja social y que provienen de familias desintegradas o disfuncionales. La institución les da un espacio estructurado de calidad y calidez donde les dan a las niñas todos los elementos que necesitan para que tengan un buen desarrollo infantil, que vivan una infancia tranquila, segura a través de juegos y aprendizaje desarrollando todo su potencial.”
Las personas que rodean al niño deberán tener presente algunos factores importantes en cada etapa:
- Crear un ambiente seguro
- Protegerlo ante cualquier situación de riesgo físico, psicológico o emocional
- Seguir pautas adecuadas para la edad del niño en cuestión, es decir, no tratar de estimularlo más allá de sus capacidades, de lo contrario, interferimos con su desarrollo evolutivo natural
- Ofrecerle una alimentación sana y balanceada
- Sin importar sus aciertos o sus fallas, demostrarle siempre lo importante que es y cuánto amor se siente por él.
Para enfrentar las diferentes problemáticas sociales, necesitamos niños con buen carácter ya que esto es lo que regula las acciones. Para formar el carácter es importante trabajar en la voluntad, en el autocontrol, no ser en exceso permisivos con los niños.
Es famosa la frase “Nadie te enseña a ser padre” sin embargo, sí es nuestra responsabilidad prepararnos para ofrecerle lo mejor a nuestros hijos, cada día, cada palabra, cada abrazo, cada regaño, cada mirada puede ser determinante.
Una familia unida y una vida con sentido puede ser toda la diferencia para contar con niños felices. Está en las manos de los padres hacer hijos con un gran corazón.
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