¿La última y nos vamos? El problema, tal vez sea la primera.
Legalmente prohibido y socialmente permitido, el consumo del alcohol en adolescentes es cada vez más problemático, y de manera preocupante, el índice de mujeres se incrementa.
Según la Encuesta Nacional de Adicciones 2008, la población femenina de 12 a 17 años de edad con abuso o dependencia de alcohol se encuentra en el Distrito Federal, ocupando el primer lugar con un porcentaje de 7.8% de abuso y dependencia.
Construye, Observatorio para la Mujer, presenta el resultado de “Opiniones que Construyen”, respaldada por tres especialistas en adicciones, la Psic. Gabriela Godínez de Monte Fénix, México, el Dr. Mario Bejos, terapeuta familiar con especialidad en adicciones y la Psic. Lourdes Rueda. Ellos nos hablan del probable origen de este consumo problemático, de las consecuencias y de cómo es posible prevenir una adicción o un problema mayor.
De acuerdo a la Psic. Godínez, “el alcoholismo es una enfermedad multifactorial y que se puede salir de control justamente porque no tiene un origen específico. Puede ser algo genético, o bien, aprendido de la familia o de los pares, grupos de amigos, etc.
“La mujer se refugia en el consumo del alcohol frente a diversas problemáticas. Puede ser porque han sido incomprendidas, violentadas, maltratadas, etc. En adolescentes se puede presentar por problemas de inestabilidad en la estructura familiar. El número de mujeres consumidoras de alcohol ha ido en aumento, tanto adultas como adolescentes, sin embargo, en estas últimas, encontrar el límite puede ser una tarea imposible.”
El Dr. Bejos indica: “El alcohol es un ansiolítico de venta al por mayor y a cualquier hora del día. Es un depresor del sistema nervioso. Afecta la capacidad de juicio y deprime los sistemas inhibitorios de la persona. Modifica la conducta del individuo. Existen diferentes tipos de bebidas especialmente diseñadas para ser consumidas por los jóvenes.
“El abuso se puede presentar por alguna situación de ansiedad en la persona. No es lo mismo que la angustia, pues ésta se presenta cuando estamos conscientes de lo que la provoca, mientras que la ansiedad la genera algo que desconocemos. Los jóvenes están en un proceso existencial de incertidumbre con respecto al futuro a nivel familiar, personal, emocional, económico, etc. Probablemente, la mujer esté consumiendo más alcohol por encontrarse en una situación de conflicto en cuanto al papel que debe desempeñar. Puede deberse también a un conflicto de identidad y tratar de comportarse igual que sus pares. El consumo del alcohol puede presentarse por presión social a manera de ritual de iniciación.”
Lamentablemente, la mayoría de las adolescentes consumen el alcohol en niveles excesivos sin siquiera tener una leve idea de las consecuencias físicas, emocionales y familiares que pueden tener. No consideran que estas prácticas sean factores de riesgo incluso para sus propias vidas.
Lourdes Rueda comenta que algunas de las razones por las que puede haber aumentado el consumo en las adolescentes son que vivimos en una sociedad deseosa de una gratificación instantánea, les resulta atractivo lo prohibido y la publicidad en medios de comunicación aunado a una generación altamente pasiva.
Por sus características físicas, la mujer es menos tolerante al alcohol que el hombre. En general, es de talla más pequeña y tiene menos agua en el organismo.
Gabriela Godínez señala que la mujer metaboliza en más tiempo la misma cantidad de alcohol que consume un hombre durante un lapso de tiempo determinado; es decir, si un hombre consume una copa de alcohol, éste la procesa en una hora, mientras que una mujer tardará alrededor de hora y media o más para metabolizarla.
Lourdes Rueda reitera “los problemas relacionados con el consumo de alcohol que presentan las mujeres se derivan de las expectativas de otros, en torno al comportamiento de la mujer y de la naturaleza de su equipo biológico para asimilar el alcohol. Las expectativas sociales se expresan en normas diferentes para hombres y mujeres.” Así mismo el Dr. Bejos nos comenta que existe una menor tolerancia al alcohol durante el período menstrual.
Los especialistas, señalan las siguientes como consecuencias de un consumo excesivo de alcohol:
Consecuencias físicas:
- Embarazos no esperados, violaciones, enfermedades de transmisión sexual
- Sufrimiento fetal, bajo peso e incluso retraso mental en el bebé
- Úlceras gástricas
- Cirrosis
- Infertilidad
- Osteoporosis
- Diabetes
- A nivel psicológico: angustia y depresión
- Muertes o discapacidad ocasionadas por accidentes de tránsito relacionadas con conductores en estado de ebriedad. En México cada año mueren alrededor de 20 mil jóvenes en accidentes relacionados con el consumo de alcohol.
Aun en familias integradas se presentan daños, puesto que en algún puntodeterminado toda la atención se centra en la persona con problema de alcohol y generar situaciones de inestabilidad y tensión tanto emocional como económica.
“La adicción es una enfermedad de pérdidas y de emociones; así como, una enfermedad familiar. La familia se contagia, aunque en el mejor de los casos, no consuma.” Comenta la Psicóloga Rueda.
Para que los padres den una ayuda real y no sobreprotejan a los hijos, necesitan tener información de prevención. La integración familiar puede representar un factor de protección. Por ello, es importante dar atención integral a todos los miembros de la familia para que estén al tanto de todo lo que existe alrededor del consumo irresponsable del alcohol.
Los especialistas coinciden en que la prevención debe llegar a través de los padres y que lo mejor para las adolescentes es la confianza que pueden darle a sus hijas para que realmente tengan una consciencia y responsabilidad sobre la cantidad de alcohol que pueden consumir.
Es importante no imponer reglas estrictas a los jóvenes. Según el modelo de atención de Monte Fénix, comenta la Psic. Godínez, “es importante llegar a las jóvenes a través del interés que tienen sobre la vida y cómo se sienten respecto a ella, si son felices, y sobre todo, hacerlos sentir importantes y valiosos, pues lo son, únicamente es necesario que lo sepan.”
Por su parte y de acuerdo a su experiencia, Mario Bejos comenta que “hay que centrarse en la persona y no en la sustancia que consume o en la adicción.” Él sugiere tres fases para lograr prevenir un problema mayor:
- Prevención primaria: intención de hacer campañas para desalentar la posibilidad del consumo o acercamiento a las sustancias.
- Prevención secundaria: si ya han probado alguna sustancia, evitar que se agudice el consumo
- Prevención terciaria: tratamiento para alguien que consume aún sin llegar a un nivel de adicción.
Y continúna, "la prevención debe alertar sin asusar o hacer promoción en el consmo del alcohol, de lo contrario, se piere la finalidad".
Lourdes Rueda comentó que es importante disociar el binomio alcohol – diversión, tener control del uso del dinero en los adolescentes y no ser tan permisivos y tolerantes.
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