Los problemas que los niños y jóvenes están presentando son síntomas de una enfermedad de la comunidad y son la parte delgada por donde se rompe el hilo. En las escuelas se podrá hacer algo, pero no se va a la raíz.
La situación del país ha erosionado las estructuras donde ellos se desarrollan: la marginación, la migración, etc., que rompen redes de apoyo y de acompañamiento.
El estancamiento de atención a estas estructuras sociales ha sido factor importante, pero más aun los ataques continuos q a estas estructuras y sus autoridades se hacen desde hace décadas, desde los maestros, las políticas públicas, sistema educativo.
Se menosprecia y ridiculiza la autoridad de la familia, de la escuela, de las iglesias, del gobierno.
Por procurar una "libertad en su vida", que es muy loable, se les niegan marcos de acción y puntos de referencia que necesitan para tomar sus propias decisiones.
Si no encuentran caminos de cómo dirigir su vida, pierden el sentido de ella, no hay duda.
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